Localizada al oeste de la península Ibérica, el trayecto que se conoce como Ruta Jacobea de la Vía de la Plata conduce a los peregrinos de la ciudad andaluza de Sevilla a la de Astorga (León) desde donde se une al Camino Francés hasta llegar a Santiago de Compostela, su destino final.
Un alto recomendado en el camino es la ciudad de Cáceres.
La ciudad histórica de Cáceres constituye un conjunto monumental único en España por su homogeneidad y estado de conservación. En el recinto amurallado, conjunto de arquitectura civil y religiosa más importante del renacimiento español, se conservan intactos hasta nuestros días edificios civiles y religiosos (murallas, palacios, casonas, iglesias y conventos), que datan de finales de los siglos XIV, XV y XVI.
El peregrino, haciendo un alto en el camino, al visitar este entorno urbano excepcional, retrocede en el tiempo y disfruta del paseo por plazuelas y callejas en las que la piedra reviste el entorno de silencio.
Protagonistas también de este paisaje medieval son los cernícalos, golondrinas, vencejos y cigüeñas. Sus nidos ocupan los huecos de las paredes, las torres de las iglesias y las cornisas y tejados de los palacios. Desde el amanecer hasta que la luz de la tarde se va apagando sobrevuelan una ciudad que parece detenida en el tiempo y el paseante interesado puede disfrutar de su agudo piar, crotoreos y gorjeos.
La ciudad antigua de Cáceres fue declarada Monumento Nacional en 1949. Y en 1986 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.